sábado, 20 de diciembre de 2014

Bola de la muralla de Ávila

Esta bola de nieve la compré a finales del año pasado, en una excursión a Ávila con el colegio.

Es de tamaño pequeño y en su interior tiene una de las puertas de la emblemática muralla que rodea la ciudad, y en su base tiene relieves de otros puntos de la ciudad en pergaminos.

No es que sea gran cosa, pero es especial porque este año se celebra el V centenario del nacimiento de Santa Teresa, Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, Teresa Magna o como querais llamarla. El caso es que tengo mucha devoción a esta santa (no sé, puede que sea porque llevo desde los tres años en un colegio teresiano o porque comparto fecha de cumpleaños con ella) y por eso es probable que esta bola no sea la última que compre de esta ciudad, ya que tengo programado otro viaje a la ciudad natal de La Santa este verano para participar en el Encuentro Teresiano Internacional.



Bola del Monasterio de Guadalupe, Cáceres

De mi segunda peregrinación, que ha sido también mi primera visita a Extremadura, me he traído una experiencia increíble, nuevas y buenas amistades, unas agujetas importantes, una camiseta y esta bola de nieve.
 Esta bola es muy curiosa: tiene forma de cofre lleno de flores, con el monasterio en relieve en la tapa y una imagen de la Virgen dentro.

La peregrinación, que se realiza todos los años en octubre, fue una experiencia increíble, y recomendaría a todos los jóvenes que fueran. Aquí podréis encontrar más información.






Bola de la Ermita de San Caralampio, La Toja, Pontevedra


Esta bola también es un recuerdo del viaje a Galicia este verano.

Es pequeña y con forma de huevo, como la de San Vicente de la Barquera, y en su interior se encuentra la Ermita de San Caralampio, un curioso templo construido en la isla de La Toja (A Toxa, en gallego) que tiene la peculiaridad de poseer una fachada forrada de conchas de vieira (aunque están llenas de pintadas).

Su base representa el paisaje de la costa de la pequeña isla, muy conocida por sus jabones.

Bola de Santiago de Compostela

En primer lugar quería disculparme por haber dejado los últimos artículos sin texto, solo con foto, pero he estado muy ocupado en los últimos em.... ¿siete meses?

De todas formas, me enorgullezco al anunciar que el blog sigue activo y que estos días no voy a parar de redactar y subir nuevos artículos.

Bueno, vallamos a lo que es el artículo en sí: esta bola de nieve la compré el pasado septiembre, en  un viaje a Galicia que hicimos mi familia y yo.

Nunca antes había visto Galicia, y he de decir que me encantó: sus playas, sus ciudades, su gastronomía... me enamoré de Galicia.

En esta bola, de tamaño pequeño, está encerrada una figura del apóstol Santiago el Mayor, ataviado cual peregrino, encima de un pedestal con símbolos puramente jacobeos: las flechas del camino, la vieira, y como no, la cruz de Santiago.

En su base hay un interruptor, que enciende luces azules y rojas, exactamente igual que en la bola del coliseo.





jueves, 31 de julio de 2014

Bola de Saintes-Maries-de-la-Mer (Francia)


  Esta bola, como la de Notre-Dame de la Garde, también la compré en la peregrinación a la Provenza.

   Saintes-Maries-de-la-Mer fue el último pueblo que visitamos en Francia, aunque me pareció muy español, ya que cuenta con churrerías, restaurantes donde ofrecen paella, tiendas de trajes de sevillanas, plaza de toros y monumento al toreo.

   Este pueblo costero es capital de la zona conocida como "La Camarga", famosa por sus flamencos, sus vacas y toros y sus caballos.




   En su iglesia parroquial se encuentran las reliquias de Santa María Salomé y Santa María de Santiago (las santas que dan nombre al municipio) además de las de Santa Sara, la esclava de estas y la patrona de los gitanos.

   La bola es de tamaño mediano, con una réplica de la imagen de las santas que se encuentra en la iglesia. Aparecen en una barca, porque así se cree que llegaron, junto con Santa Sara, San Lázaro, Santa Marta, Santa María Magdalena y otros cristianos que huían, como ellos, de la persecución por parte de los judíos y de los romanos, y de paso, evangelizaron la Provenza.

En la base de esta bola se ve la misma imagen que en el interior, la iglesia donde se encuentra, Saintes-Maries-de-la-Mer desde el otro lado del río Ródano y otra representación de las dos Marías.









Bola de Notre-Dame de la Garde, Marsella (Francia)

   Este año por fin he podido ir a mi primera peregrinación de jóvenes, me lo habían recomendado varias personas y ha sido una experiencia increíble, estoy deseando repetir.

   Esta peregrinación, organizada por varias parroquias de la diócesis de Toledo, cada año se realiza a un lugar diferente con un tema distinto. Este año ha tocado a la región francesa de la Provenza, con el objetivo de visitar las reliquias de varios santos que fueron amigos de Cristo.

   De Marsella conocimos la abadía de San Víctor, donde se conserva una iglesia paleocristiana del siglo IV, con una rica colección de sarcófagos y reliquias, entre las que se encuentran las de San Lázaro de Betania y las de San Víctor, primer obispo de la ciudad; vimos también el puerto, la catedral y la basílica de Notre-Dame de la Garde (Nuestra Señora de la Guardia, en Castellano), donde compré este souvenir.

   El santuario es espectacular, está situado en la cima de una colina en medio de Marsella, y con una figura dorada de la Virgen coronando su torre, visible desde la mayor parte de la ciudad. El interior es también espectacular, de estilo neo-bizantino, decorado con figuras y cuadros de barcos, pues los marineros de la ciudad consideran a esta advocación como su protectora.

   En la bola, de plástico, aparece una miniatura de la imagen que corona el templo, llamada cariñosamente la Bonne Mère (la Buena Madre). El fondo son las vistas de Marsella desde la basílica, bajo un cielo azul con el nombre de la ciudad y del templo. En la base está el año en el que apareció la primera ermita y el año actual, conmemorando los 800 años de culto en ese lugar, que se dice pronto.







lunes, 9 de junio de 2014

Bola del Partenón (Atenas, Grecia)

Esta bola de nieve me la regaló mi profesora Sonia a principios de la semana pasada, pero no he tenido tiempo de escribir la entrada hasta ahora.

Sí, habéis leído bien: me la trajo mi profesora. Ella sabe que me gustan estos souvenirs y que tengo este blog, y cuando estuvo el fin de semana de boda en Atenas se acordó de mí.

De mí y de toda la clase, ya que a todos nos sorprendió cuando nos dio un nazar (tambien conocido como ojo griego u ojo turco) a cada uno.

Me encanta Grecia, me encanta su historia, su arte, su cultura, sus islas, sus templos, sus paisajes... por eso me alegré tanto al recibir esta bolita. Me encantaría ira allí algún día,  pero de momento me conformo con este pedacito de ese maravilloso país en mi casa.

En la base de la bola se ven de frente unas preciosas casas griegas, con tejados azules y el Mediterráneo, aún más azul. Debajo de esto se lee el nombre del país en inglés «Greece». Si seguimos mirando la base, vemos un molino tradicional y una pareja de bailarines ataviados con los trajes típicos de allí.

Dentro de la esfera, se ve una réplica de las ruinas del Partenón, el monumento símbolo de Atenas y de Grecia en general.

Además de por ser de uno de los mejores sitios del mundo, de ser una sorpresa agradable y totalmente inesperada y de ser de una persona maravillosa, esta bola es muy, muy, especial para mí porque... ¡Es la cuadragésima bola de mi colección!







viernes, 31 de enero de 2014

Bola de Don Quijote (Toledo)




   Ayer mi clase y yo fuimos de excursión a Toledo para ver sus puertas y murallas. Esta excursión me gustó mucho, porque vi Toledo desde sitios a los que no sabía si quiera que se podía acceder (desde dentro de uno de los torreones que flanquean el ágila de la puerta de Bisagra, desde una saetera de la puerta de Alfonso VI, desde encima de las murallas...) Estuvo muy bien, y como no, en el tiempo libre que nos dejaron, me acerqué a la calle de los comercios a comprarme otra bola de nieve.


   No es la primera vez que vi esta bola, ya la había visto antes por Internet (y me encantó), pero era carísima. En la tienda en la que la compré, es un poco mas barata, pero no deja de ser muy cara.
   Es de tamaño pequeño (como la mayoría). Dentro tiene a Don Quijote de La Mancha, que no cabalga sobre Rocinante, sino sobre su propia novela (en la bola más grande se apreciaba el título, pero en esta no). En la base se encuentra su fiel escudero, Sancho Panza, rodeado de los molinos de viento que su señor confundió con gigantes.

   La bola venía dentro de una caja chulísima (Detalle que me encantó) y que hace que se justifique un poco su precio. Siempre había querido tener una bola de Don Quijote, porque soy un fan de la literatura y porque soy manchego.

  Más buenas noticias: Esta es la primera entrada que publico con el nuevo diseño del blog, la primera bola del 2014, la tercera bola de Toledo que tengo y... ¡¡la trigésimo novena bola de mi colección!!