
Es de tamaño pequeño y en su interior tiene una de las puertas de la emblemática muralla que rodea la ciudad, y en su base tiene relieves de otros puntos de la ciudad en pergaminos.
No es que sea gran cosa, pero es especial porque este año se celebra el V centenario del nacimiento de Santa Teresa, Teresa de Jesús, Teresa de Ávila, Teresa Magna o como querais llamarla. El caso es que tengo mucha devoción a esta santa (no sé, puede que sea porque llevo desde los tres años en un colegio teresiano o porque comparto fecha de cumpleaños con ella) y por eso es probable que esta bola no sea la última que compre de esta ciudad, ya que tengo programado otro viaje a la ciudad natal de La Santa este verano para participar en el Encuentro Teresiano Internacional.
